El balón. Amigo inseparable de un
tal Oliver Atom, llega jornada tras jornada a los partidos de Liga MX en manos de
un sonriente niño o niña, que la misma liga a denominado ¨Embajador¨. El pequeñín, se supone que refleja lo que es nuestra
liga, tiene un mensaje importante que
darle a las millones de personas que involucran el mundo del fubol: ¨Juega
limpio. Siente tu liga¨.
En lo personal para nada creo que
un niño o una niña con la única ilusión de que esto es un simple juego, sean un
embajador o vivo reflejo de nuestro
futbol. Quedaría mejor un par de
caballeros bien vestiditos, dándose la mano en señal de hacer un pacto.
Lo de ¨juega limpio¨…espero que
el mensaje retumbe en la mente de futbolistas, técnicos, directivos,
periodistas y afición. Juguemos limpio en lo que nos corresponde.
El ¨Siente tu liga¨ es el que me
hace sentir incómodo.
¿Decio de María quiere que sienta
como propia una liga con 143 futbolistas no nacidos en el país?
Sentir una liga que no es exportadora,
que no es el lugar de retiro de las estrellas, que no es el lugar donde el
futbolista extranjero venga a partirse
el alma para llegar a un grande de Europa, pero que sí se convirtió en albergue
del conformismo de nacionales y extranjeros.
Una liga donde el mayor negocio
no es el quedar campeón, si no, realizar más traspasos, para así tener contenta
la billetera de algún directivo, técnico o promotor.
Sentir el torneo en el cual el
único equipo conformado por mexicanos es manejado por la esposa de un
empresario que no tiene ni la más mínima idea de lo que ocurre dentro de una
cancha. Donde un equipo llego a ser el ¨ Más Grande¨ con una solida base de mexicanos y hoy en día juega con solo tres.
La liga donde se tiene al año un
montón de jóvenes mexicanos en un torneo sub-13, un sub-15, cada seis meses un
sub - 17 y un sub-20, pero que el objetivo de todos ellos, que es llegar a
primera, se ve truncado por equipos que alinean a cuanto extranjero y
naturalizado se les atraviese.
Tomar como propia la competencia
donde los equipos plagados con extranjeros y naturalizados, están diseñados para competir al más alto
nivel. Y terminan clasificando a la liguilla en la última jornada con 3 o 4
combinaciones de resultados.
El lugar donde los equipos que
pueden aspirar a ganar el torneo más importante del continente deciden tirar la
competencia a la basura.
¿Ustedes creen que yo podría
sentir como propia la liga donde la directiva hecha al técnico con menos de 5
partidos dirigiendo al club? Donde rara vez se apoya a un proyecto a largo
plazo.
Donde reina el conseguir un
resultado jugando a lo que sea, que ser defensor de una ideología de juego y
triunfar con ella.
Donde rara vez el equipo
visitante sale a proponer el juego.
Sentir la liga donde las
directivas se pusieron de acuerdo para no poner un límite de futbolistas
naturalizados y así darle la espalda a los mexicanos que alguna fueron
campeones del mundial juvenil. Te pasaría esas formas en un país chico como
Uruguay que tiene 3 millones de habitantes y quisiera una liga más competitiva,
pero ¿es enserio?¿ Se les ocurrió hacer eso en un país con 118 millones de habitantes?
No cabe duda que el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano.
Donde el único legado que le
hemos logrado dejar al futbol mundial es el grito de ¨puto¨ al despeje del
arquero.
Donde tenemos a promotores y
técnicos llenando todas las plazas de futbolistas extranjeros, como si fuera un
requisito para participar.
¿Saben que es lo único que
siento?
Ante tantas adversidades una nueva
mentalidad del futbolista mexicano está por llegar. Habrá éxito para muy pocos,
eso sí, solo será para aquellos que se han dejado de recordar el doloroso
pasado de nuestro futbol y se disponen desde su rol en este deporte a
conquistar el mundo, para aquellos que han olvidado los pretextos, las ¨palancas¨,
aquel que le gusta ser mejor día a día, partido a partido, el que por fin
entendió que la competencia no es con las directivas, no es con los promotores,
no es con el técnico ni con los compañeros extranjeros o naturalizados de
equipo, es consigo mismo, aquel que se comporta de la misma manera en su vida
como dentro del campo, con ganas de ser determinante, lo bueno vendrá para
aquellos que aprendan más de los fracasos y no se dejen llevar demasiado por el
sabor de la victoria, para esos en los que el momento en el que algunos leemos
estas palabras sigue pensando en llegar a su límite, aquel mexicano que sueña,
que lucha, que se sacrifica, que aprende de los errores de los demás, que
disgusta de la comodidad local y que gusta de grandes retos, que solo vive para
trascender y hacernos sentir la Liga.
Imágenes cortesía de: Liga MX y Vavel.